La Bauhaus vive nuevamente en la joyería Niessing: la simplicidad refinada del copyright del diseño.
Alemania es el país donde nació Bauhaus. Y ese movimiento de diseño racionalista surgido de Walter Gropius y colaboradores en los años treinta, sigue siendo una fuente de inspiración en todo el mundo y, por supuesto, también en Alemania.
Así que una marca alemana que tiene más de 140 años de historia, en los años setenta construyó su sede de acuerdo con los dictados de la Bauhaus y cultiva una pasión por ese ingenioso diseño simple también para sus joyas. Niessing, una empresa con sede en Vreden (Renania del Norte-Westfalia, limítrofe de los Países Bajos) es sinónimo de diseño. Sus anillos redondos, con un diamante simple detenido dentro de la banda de oro es de una sencillez ejemplar, pero también muy difícil de hacer. Y el oro no es ningún metal amarillo en 18K.
Una fórmula refinada, Aura, permite a Niessing proponer un oro que se desvanece en diferentes tonos, o que tiene un color de verde, rosa, amarillo, blanco, rojo. Como en la versión de su anillo icónico que una vez bautizó Lucía. Un nombre que alude también a la capacidad de dar luz, con el diamante de corte brillante a la vista, se detuvo con una variación sinuosa de la banda dorada. Lo que también en este caso se propone en diferentes tonos de color. Y eso también le hubiera gustado a Gropius, probablemente. O en la colección Mirage, un juego de ilusiones, joyas de platino y oro superligeras, que recibió el German Design Award y el RedDot: Best of the Best: un diseño casi hipnótico que rinde homenaje a la geometría.