Capri, la pequeña isla reina del Mediterráneo frente a Nápoles, es también la sede de Chantecler, una casa de joyería que combina el encanto del lugar con el del diseño. Por eso, la nueva producción de Chantecler, apodo con el que se llamaba el cofundador Pietro Capuano, exuberante como el gallo de la fábula de Edmond Rostand, se inspira en el entorno marino que rodea la isla. Un mar que resulta fascinante en verano, cuando Capri se llena de turistas, pero también en invierno. Esta influencia marinera se traduce en piezas de alto impacto, como collares o pendientes con forma de estrella de mar, con diamantes, perlas y piedras como (obviamente) la aguamarina. Pero también la cerámica y el titanio, sin olvidar los matices que van del rojo rubí al amatista, de los verdes esmeralda intensos, a los azules fríos y brillantes, casi iridiscentes.
Por último, la Medusa, una joya de generosas dimensiones para llevar en pendientes o como colgante. El nuevo está realizado en titanio coloreado y oro con pequeños diamantes y aguamarina, acorde con el universo mítico del Mediterráneo explorado por Chantecler. La Maison también presenta nuevas piezas de colecciones icónicas, como Paillettes, que publicaremos en un nuevo artículo.
Infine, la Medusa, gioiello con dimensioni generose per orecchini o come ciondolo. La nuova è realizzata in titanio colorato e oro con piccoli diamanti e acquamarina, coerente con l’universo mitico del Mediterraneo esplorato da Chantecler. La Maison, inoltre, presenta nuovi pezzi di collezioni iconiche, come Paillettes, che pubblicheremo in un nuovo articolo.