Joyas del pasado lejano que reviven una segunda vida moderna con la intervención de Maison Auclert. Joyas para fines de conocedores ♦
Consiga un pedazo de antigüedad y lo convierten en una joya de diseño: es lo que propone Marc Auclert, que hace cuatro años se inauguró en París, la Maison Auclert, en la rue de Castiglione. Marc ha trabajado durante veinte años por los más prestigiosos de la joyería en todo el mundo. Fue director de la joyería de Chanel, luego recorrieron Europa y Asia a la cabeza de la industria de la joyería de Sotheby, ha sido consejero delegado de De Beers en Asia. Luego, en 2010, a los 49 años, regresó a París para iniciar su propio negocio. Su tienda de joyas ofrece piezas únicas. La pasión por la joyería antigua es larga: se originó hace más de 20 años cuando trasformed una rana edad de oro precolombino en un anillo para un amigo.
Auclert compra antigüedades, entonces imagina cómo mejorar su preciosidad, color, brillo, forma y para crear piezas de joyería contemporánea. Una práctica que se remonta al Renacimiento, cuando los artesanos han inventado el concepto de “objetos montados” con piedras, laca, porcelana, que se transformaron en objetos nunca antes vistos. No se permite la soldadura, arañazos, unión permanente, re-perforación o alteración durante el proceso de montaje. Estas piezas únicas están hechos a mano por joyeros de París, que los convierten en obras de arte de llevar, como una espada samurai en el siglo 17 transformado en un par de aretes en oro de 18 quilates, o un anillo romano del primer siglo antes de Cristo, un collar de cinco hilos 2.000 años de antigüedad, con los granos azules de calcedonia y una hebilla de plata con el diamante negro.
La pieza más espectacular jamás se ha hecho fuera por un coleccionista estadounidense, que quería montar su rara esmeralda 72 quilates de la época mogol del siglo 18, tallada en ambos lados. El resultado fue un colgante reversible en oro negro, rodeado por un lado por los rubíes y diamantes talla rosa en la otra, con un colgante de perlas naturales.
Según Auclert, piezas antiguas poseen un alma que la nueva joyería no tiene. Las antigüedades originales provienen de una variedad de continentes, culturas, estilos y épocas, y son elegidos por su belleza y rareza. Giulia Netrese
Il pezzo più spettacolare mai fatto è stato per un collezionista americano, che voleva montare il suo rarissimo smeraldo da 72 carati del 18esimo secolo di epoca Mogul, intagliato su entrambi i lati. Il risultato è stato un pendente reversibile in oro nero, circondato da un lato da rubini, e da diamanti taglio rosa dall’altro, con una perla naturale appesa. Secondo Auclert, i pezzi antichi possiedono un’anima che i gioielli nuovi non hanno. Gli oggetti d’antiquariato originali provengono da una varietà di continenti, culture, stili ed epoche, e sono scelti per la loro bellezza e rarità. Giulia Netrese