Lydia Courteille es una artista joyera que sorprende con sus colecciones inspiradas en los largos viajes que emprende. Esta vez, sin embargo, el viaje se realiza a través de su colaboración con Natalie Shau, quien expresa su arte a través de imágenes imaginativas, utilizadas habitualmente por Lydia Courteille para presentar sus joyas. Mujeres representadas en un estilo fantástico, oscuro y sensual. El diseñador con tienda en París, en el 231 de la rue Saint Honoré, ha concebido una serie de joyas que resumen la larga colaboración (18 años) entre el creador de joyas y el creador de imágenes. La colección se llama, precisamente, A Natalie.

En este caso las dos artes se unieron bajo el mismo resultado. Las joyas están compuestas por oro, gemas y pequeños retratos en miniatura creados por Natalie Shau. Un estilo que recuerda las grandes tradiciones del pasado, cuando se insertaba un pequeño retrato esmaltado en medallones y colgantes. Las imágenes que forman parte de la colección A Natalie están inspiradas en las colecciones creadas a lo largo del tiempo por Lydia Courteille, que se pueden encontrar principalmente en gioiellis.com.

Por ejemplo, la colección Xochimilco se inspiró en los recuerdos del primer viaje de Courteille a México, a la edad de 21 años. Joyas coloridas representaban las tradiciones populares de México y las creencias cristianas que giraban en torno a la Santa Muerta y las creencias animistas de las civilizaciones mayas. Vanitas, por su parte, es una invitación a reflexionar sobre la naturaleza fugaz de la vida. Otra joya recuerda la colección Marie Antoniette Dark Side, la última reina vista a través de su decadencia, en abierto contraste con la edulcorada reinterpretación del noble que acabó en la guillotina.

De nuevo: un medallón se inspira en la colección dedicada a las kunstkammer, las cámaras de las maravillas, pequeños museos naturalistas que asombraban a los antiguos. Otra joya recuerda la colección Fragrant Concubine, inspirada en la leyenda china de la niña uigur que se convirtió en consorte del emperador chino de la dinastía Qing en el siglo XVIII. Otras joyas son las inspiradas en las Cruzadas, con símbolos masónicos y religiosos. Otra joya está dedicada a otra mujer del pasado, Cassandre Salviati, inspirada en la colección dedicada por Luydia Courteille al poema Amours de Cassandre, escrito en 1552 por Pierre de Ronsard. Finalmente, otras joyas que trazan el trabajo de Lydia y Natalie se refieren a la colección Sahara, inspirada en el viaje a Tassili, Argelia.






