Un escultor? ¿Un diseñador? O un amante de la naturaleza? Christopher Thompson Royds es todo esto en una sola persona. Muy diferente de los demás. Sus colecciones han sido expuestas en el Museo Victoria & Albert de Londres, el Museo Coda de Apeldoom (Holanda), el Museo Nacional de Zúrich, el Museo de Bellas Artes de Houston y muchos otros museos y galerías. Porque las joyas de Christopher Thompson Royds se pueden usar, pero solo después de haberlas admirado como si fueran una pintura. Y para ser precisos, una naturaleza muerta. Su colección Natura Morta (bodegón en italiano) es de una pureza desconcertante: sus collares están compuestos con forma de coronas de flores silvestres. Margaritas, ranúnculos, acianos: están hechos de oro o plata pintados a mano.
Antes de comenzar su trabajo, Christopher Thompson Royds obtuvo una maestría en orfebrería, platería, metalurgia y joyería en el Royal College of Art de Londres, y estudió por primera vez en la London Metropolitan University. Decidió combinar la pasión por las joyas con la de la naturaleza, en particular de la campiña inglesa: vive en Oxfordshire después de salir de Londres.
Sus joyas, piezas únicas, requieren una mano de obra paciente y mucha inspiración: un collar de trébol blanco de 18 quilates cuesta alrededor de $ 12,000, pero otras piezas tienen un precio más bajo. Para obtener un efecto realista, el diseñador recoge flores reales en los prados, las presiona y luego da forma al borde en papel. Otra peculiaridad: las joyas se venden en una caja de mármol que recuerda al Herbario Hans Sloane en el Museo de Historia Natural de Londres.