Incluso se puede innovar una técnica antigua y aparentemente eterna. El engaste de un diamante en un anillo parecía, hasta ayer, algo sin demasiadas posibilidades de cambio. La técnica más utilizada es la de las cuatro o seis puntas que sujetan el diamante en la banda circular de metal: el clásico solitario. Pero de Nueva Zelanda llega una novedad: el Floeting Diamond. Se trata de un nuevo sistema de engaste de diamantes, que promete aumentar el brillo de la piedra y, al mismo tiempo, hacer que la joya sea aún más segura, por lo que tendría menos riesgo de desprender la piedra. El inventor se llama Ian Douglas y es un maestro de joyería y antiguo minorista de Auckland.
Con Floeting Diamond, la piedra está protegida por un marco fabricado con una aleación especial de titanio: un sistema que es más de un 20% más resistente que los marcos tradicionales. Los diamantes flotantes provienen de una de las instalaciones de corte de diamantes más grandes del mundo, certificada por el Consejo de Joyería Responsable y utilizando piedras de origen ético. El ajuste Floeting detiene el diamante en el medio, entre la parte superior e inferior, que termina en un punto. La mayor parte de la gema, por lo tanto, permanece colocada sobre el engaste. Para mantener la piedra firme, se hacen ranuras cortadas con láser en el diamante justo debajo de la faja. Luego, la piedra se inserta en el marco.
Esta nueva forma de detener el diamante se utiliza principalmente para crear anillos solitarios, pero también pendientes o puntos de luz. Dado que la piedra está abierta por los cuatro lados, entra más luz en el diamante, lo que aumenta los reflejos. Este tipo de engaste se puede utilizar para diamantes de talla ovalada, esmeralda, pera y también para otras piedras preciosas. Pero no intente copiarlo: el sistema está patentado.