Verdi Gioielli ya cumplió medio siglo, pero no lo demuestra. Anillos, collares y pulseras no han envejecido, aunque la empresa tenga una antigüedad respetable. La marca de alta gama, que se centra en gran medida en las piedras preciosas de colores, nació en 1971 en Valenza, Piamonte, una zona donde vive la joyería de alta calidad. El fundador, Giuseppe Verdi, homónimo del gran compositor de ópera, ha ganado fama también gracias a sus pulseras con un diseño inconfundible. ahora la empresa la dirige su hijo, Marco Verdi, en nombre de la continuidad, pero sin caer en la repetición.

Verdi sigue apostando por la calidad de las piedras preciosas, combinada con la artesanía, en colecciones que, dejando de lado las similitudes con la música del siglo XIX, buscan armonías con lo contemporáneo, como en la colección Rock and Roll. Pero también hay colecciones de Blues, Pop, Funky. Turquesa y coral, combinados con oro y piedras preciosas y semipreciosas son los elementos que componen la partitura de la colección, en un estilo que también recuerda al art déco.


