El regreso de Rihanna a los escenarios en un show en vivo después de seis años, con motivo del Super Bowl LVII, fue muy comentado, partiendo de la sorpresa por su estado de embarazo. Para el desfile de 13 minutos, la cantante lució tres piezas diseñadas a medida por Jonathan Anderson, director creativo de la marca española Loewe. Las zapatillas rojas son el resultado de la colaboración de Maison Margiela con la marca de calzado deportivo Salomon.

La maxi chaqueta de plumón con guantes integrados es de Alaïa, la marca fundada por el difunto modisto tunecino Azzedine Alaïa. Sin embargo, la canción cantada al final, Diamonds, fue la más acertada: la cantante barbadense se presentó con una serie de joyas a base de diamantes de la maison parisina Messika. En el escenario de Arizona, frente a unos 190 millones de espectadores, Rihanna eligió algunos de los pendientes de alta joyería de Messika: un monopendiente Illusionnistes partido en tres partes, clips Equilibristes, otro monopendiente Magnetic Love, joyas de la colección Diamond Equalizer, clip de diamantes de la línea Illusionistes. La elección correcta para una actuación brillante.



