Después del prêt-à-porter, está el Prêt-à-Briller, más interesante. Esta vez, sin embargo, se trata de una colección de joyas de la parisina Morphée, quien, contrariamente a lo que su nombre podría sugerir, no se entretiene en el sueño. Su fundadora, gemóloga y directora creativa, Pamela Hastry, no deja pasar demasiado tiempo entre una idea y otra plasmada en joyas. La colección Prêt-à-Briller, por ejemplo, consta de ocho líneas. El que propone para otoño la Maison, que recientemente ha abierto tienda también en Bruselas, está dedicado a una flor cargada de simbolismo, la myosotis, más conocida como nomeolvides.
La colección Forget-Me-Not consta de cuatro flores de diferentes tamaños: pequeña, mediana y grande. Las joyas están hechas con tonos de zafiros azules y flores talladas de amatista y topacio. Las piedras se utilizan para anillos y aretes de diferentes tipos. Morphée también aprovecha para contar el origen del nombre popular de la flor, una historia bastante triste.
En la Edad Media, un caballero cortejaba a una dama y, mientras caminaban, su señorita se sintió atraída por un macizo de flores de Myosotis a lo largo de un río. El caballero quiso rendirle homenaje con un ramo de estas flores azules, pero perdió el equilibrio y el peso de su armadura lo arrastró al río, donde murió ahogado. Pero antes de morir arrojó las flores al suelo gritando “No me olvides mi amor”. Bueno, no existe tal peligro con las joyas.