¿Por qué usar oro blanco, que se vuelve amarillo después de unos años y debe ser rodiado nuevamente, cuando se puede optar por platino? Aldo Arata, joyero del barrio de Valenza, pensó que esta idea debería ser explorada. Y hace años formó una colaboración con la Politécnica de Turín. Resultado: un platino con una dureza superior al oro blanco, comercializado con la colección Everlasting de Monile. La marca (en italiano la palabra monile es sinónimo de joya) produce joyas de platino más resistentes a los arañazos y caracterizadas por un brillo destinado a perdurar en el tiempo. Este método produce principalmente anillos, pero también aretes y collares.
Todo comenzó en 1966 en la pequeña localidad piamontesa. La empresa fue fundada con el nombre de Arata Fratelli. El fundador, Aldo Arata, orfebre que había trabajado como aprendiz de Carlo Barberis, se había ocupado, entre otras cosas, de joyas de platino. En cambio, la marca Monile, especializada en el procesamiento del platino, data de 1977. La empresa, que en una serie de cambios corporativos ahora se llama Joyas de Italia y controla la marca Monile, también produce joyas para terceros. Colaboró con De Beers, Rapaport, Lazare Kaplan. El uso de platino también es el resultado de una refinada investigación tecnológica: el metal es más difícil de trabajar que el oro. Pero tiene muchas ventajas: no cambia de color, no raya, es hipoalergénico. Tanto es así que también se utiliza para algunos instrumentos quirúrgicos y dentales.
Sin embargo, al contar la historia de Monile es necesario recordar un aspecto trágico: el 11 de septiembre de 2001, después de haber firmado un contrato con una multinacional, sus representantes mueren en el avión con destino al Pentágono secuestrado por terroristas. Una crisis que ha repercutido profundamente en la empresa, que sin embargo sigue activa.