La vida de un diseñador danés tiene una ventaja: quien quiera crear joyas está rodeado de grandes maestros capaces de proponer colecciones con un estilo inconfundible. Los diseñadores del norte de Europa tienen (casi) siempre un hecho común: utilizan formas puras, simples, pero originales al mismo tiempo. Incluso una veterana de la escuela de Copenhague como Marlene Juhl Jørgensen, que ha diseñado joyas durante tres décadas, no es una excepción. Sus joyas son en oro de 18 kilates, con diamantes o piedras preciosas, siempre originales, pero siempre con ese toque nórdico tan apreciado en todo el mundo. Por otro lado, ella misma define su impronta cultural como rigurosa y conservadora.
Después de un aprendizaje con uno de los joyeros más famosos de Copenhague, Vagn Drachmann, la diseñadora fue a Nueva York para estudiar en Parsons y estudió Bellas Artes. También estudió técnicas antiguas de orfebrería. De vuelta a casa, Marlene propuso joyas originales, con soluciones desconocidas, como candados en S o diamantes de talla antigua. No solo eso: también ha cambiado la forma de presentar la joya y venderla en la tienda. En resumen, fue una innovadora. También es una precursora en temas de sostenibilidad.