Vidrio, colgantes vintage, plata bañada en oro y una dosis ilimitada de fantasía. Grainne Morton es una diseñadora norirlandesa a la que le encanta componer sus joyas como si fueran cuadros, piezas únicas que llaman la atención y cuentan historias, para quienes creen que también son amuletos, y guiñan las esculturas móviles de Calder. En particular, la técnica de utilizar elementos pequeños en equilibrio, como en una escala, se utiliza para una amplia gama de pendientes.

Una predilección, la de componer joyas también con elementos vintage, que deriva de la infancia que pasó con unos padres a los que describe como creativos y amantes de las antigüedades. El folclore, la música y los cuentos de hadas de su país natal hicieron el resto. Una tradición que Grainne Morton trajo a Edimburgo, Escocia, donde la diseñadora estudió y donde vive y trabaja actualmente. La pasión por coleccionar objetos del pasado, que reutiliza junto con plata bañada en oro y piedras semipreciosas para sus joyas, que ahora también vende online, se ha convertido en su marca registrada a lo largo de los años.





