Las joyas de la pequeña Maison Brusi milanesa, fundada en 1930 ♦
Brusi es parte de las muchas historias de joyería italiana. Una historia que comenzó en Milán en 1920, cuando el joven Pietro Codari, un joven orfebre, comenzó su negocio y abrió un laboratorio. La historia continuó: en 1970 su hijo Paolo heredó su laboratorio y profesión. Con el tiempo, la compañía se ha expandido y ha refinado su vocación. Hoy, Paolo, Andrea y Simone, los tres hijos de Paolo Codari, trabajan en el negocio familiar y son responsables de la gestión creativa, financiera y comercial de Brusi.
La empresa, ubicada en una zona histórica de la ciudad, entre el Cementerio Monumental de Milán y el barrio chino, ofrece piezas de buena calidad, a base de oro, diamantes y piedras preciosas. Los anillos con pavé de diamantes champán y piedras preciosas como la tanzanita son los caballos de batalla. Siempre con el estilo de la «casi simetría». Es decir, esa diferencia con la perfecta especularidad geométrica que se encuentra a menudo en la naturaleza. El objetivo es presentar joyas en armonía con la naturaleza, gracias a esta asimetría natural. Concepto sutil pero interesante.