Alta joyería? Según Boucheron, parece un signo de interrogación. Pero, fíjate, es un signo de interrogación al que la Maison francesa puede dar una respuesta. La historia se remonta a 1879, cuando Fréderic Boucheron acababa de ganar una medalla de oro en la Exposición Universal de París por su collar llamado Feuillage. El collar en forma de pregunta, muy atrevido para esa época, nació entonces. Pero, por supuesto, ha evolucionado muchas veces: el último renacimiento ocurrió durante los espectáculos de alta costura de enero en París.
La belleza de los collares de punto de interrogación, además de su extraordinaria mano de obra, es también la facilidad de uso: usarlos es un momento. Es más difícil privarte de ello, pero solo porque lamentas esconderte en un joyero, una joya tan hermosa. El renacimiento de los collares de Point d’Interrogation en ocho piezas nuevas es gracias a Claire Choisne, directora de las creaciones de Boucheron. Los zafiros, diamantes y esmeraldas se usan sin guardar pero, sobre todo, con delicadeza refinada. Hojas de hiedra, acanto o plumas son algunas de las formas que componen los collares. Y a pesar de la venerable edad, 140 años, la colección sorprende como si fuera un debutante.

