Como muchos italianos que eligieron América, la familia Aletto depositó una gran fe en las oportunidades que ofrecía el Nuevo Mundo. Pero los Aletto, originarios de Nápoles, no eran pobres en busca de fortuna. Bartolomeo Aletto, el progenitor de la familia, fue un joyero que recibió el encargo de crear una joya especial para la inauguración de la Torre Eiffel en la Exposición Universal de París. Era 1889. Su hijo, Raffaele, también era joyero. Y en 1949 el hijo de Raffaele, Alberto, se fue de Nápoles a Caracas, Venezuela, donde fundó una fábrica con más de cien empleados.
En 1962 la siguiente generación, la de Alfredo Aletto, se instaló en Florida y fundó la empresa familiar, Aletto Brothers, en Boca Raton. Y llegados a la quinta generación, la historia aún continúa con Alberto, Amy, Luigi y Mario.
El negocio continúa con éxito, como lo demuestra el primer lugar en la categoría Best in Coloured Gems Over $40,000 Retail en los Couture Design Awards en Las Vegas. La categoría del concurso ya indica el tipo de joya que sale del laboratorio de los hermanos Aletto: lujo. Las joyas siguen la estela de la tradición de la alta joyería, con el uso de engastes invisibles, piedras preciosas, anillos, broches y pendientes que suelen utilizar la forma de racimo para ofrecer joyas vivas y ricas en color, además de preciosas.




