La historia de la corona más querida de la reina Victoria y diseñada por su esposo, el príncipe Alberto. Ahora se exhibe en el Victoria & Albert Museum de Londres ♦ ︎
¿Te fascinan las joyas de la casa real británica? Aquí hay una oportunidad que no debe perderse: el Victoria & Albert Museum de Londres exhibe una de las joyas más queridas de la reina Victoria, una pequeña corona con zafiros y diamantes. La razón por la cual la reina Victoria amó esta corona es que fue diseñada por su esposo, el príncipe Alberto. La corona es la pieza más apreciada de la galería que lleva el nombre de William e Judith Bollinger. William Bollinger es un millonario irlandés-estadounidense de fondos de cobertura, su esposa es Judith.
El Victoria & Albert Museum tiene una de las colecciones de joyas más hermosas y completas del mundo: más de 3,000 joyas, desde la antigüedad hasta nuestros días. Entre ellos también hay piezas particularmente finas, como una armadura celta dorada, colgantes donados por Elizabeth I a sus cortesanos, diamantes usados por Catherine Grande de Rusia, joyas del diseñador modernista Réné Lalique, tiaras de Cartier y obras contemporáneas de Wendy Ramshaw. Peter Chang y Marjorie Schick.
La pequeña corona de la reina
La corona de la reina Victoria es muy flexible, se puede plegar hacia adelante y hacia atrás: su tamaño es casi el de una diadema, pero un poco más ancho. La joya fue diseñada por la esposa de la reina, Albert, en 1840, el año del matrimonio de la pareja. Luego fue materialmente hecho por Joseph Kitching, de Kitching y Abud, joyeros de la reina. En 1842, Victoria llevaba la corona con motivo de un retrato de Franz Xaver Winterhalter. La guirnalda era muy importante para Victoria, porque le recordaba a su esposo, quien murió en 1861. Cinco años después, todavía llorando la muerte de Albert, Victoria eligió esa pequeña corona, en lugar de la oficial, para abrir el Parlamento.
Los herederos de la corona
Después de la muerte de la reina Victoria, la corona fue heredada por los descendientes: primero fue dirigida a Eduardo VII, luego a Jorge V y a la reina María, y finalmente a su hija, la princesa María. Pero hace años, la corona fue comprada por un comprador privado estadounidense anónimo: el gobierno británico había bloqueado la exportación. Sin embargo, en 2016, la familia Bollinger la compró por 5 millones de libras y la donó al museo.
Además de la corona, la galería William y Judith Bollinger del museo de joyas exhibe 3000 objetos, incluyendo 49 piezas de art déco recolectadas por la hermana de Freddie Mercury, Kashmira Cooke, y prestadas al museo en memoria del cantante con la perspectiva de convertirse Un regalo permanente.