De Lituania a Nueva York: el aumento irresistible de Audrius Kruliš, entre ópalos y turmalinas ♦
Abajo las vallas, barreras, fronteras, al menos para el diseño de la joyería, el mundo no tiende a encogerse. De hecho, se amplia a nuevos jugadores, que puede haber nacido en lugares sorprendentes. Este es el caso de Audrius Kruliš, nacido en Lituania y se graduó en la Academia de Bellas Artes de Vilnius en 1963. Para decirlo de él un poco y tuvo que mudarse a Nueva York.
Trabajó como capataz durante 20 años, antes de crear su propia marca de joyería. Pero al final (que es el sueño americano) fue capaz de emerger y en JCK Las Vegas ha sido señalado como uno de los más innovadores. Hay que decir que su joyería es justo fuera de las pistas clásicas. Algunos parecen formas alienígenas aterrizaron en secreto en la Tierra y convertidos en anillos, pendientes y collares. No tiene nada que inquietante, que conste: sólo que el perímetro de las joyas que no tiene regularidad geométrica que caracteriza a las joyas clásico. Como alternativa, algunas piezas se parecen a los seres microcelulares que en vez de tentáculos tienen protuberancias con diamantes y rubíes, también en torno a un gran ópalo. Pero no debe ser de biólogo para apreciarlo.