Tres simples comprobaciones antes de comprar un anillo de diamantes.
Cuando compra un anillo de diamantes, el gasto es exigente. Por lo tanto, debe asegurarse de que la piedra engastada en oro o platino realmente valga el precio pagado. Y, en cualquier caso, que el diamante que compres sea auténtico. ¿Cómo averiguas la verdad? Desafortunadamente, solo un gemólogo profesional, equipado con un equipo de análisis refinado, puede distinguir un diamante real de uno creado en el laboratorio. Pero incluso una persona sin experiencia a menudo puede darse cuenta de si el diamante es en realidad un cristal, un circón o una moissanita. Aquí hay tres comprobaciones sencillas que puede hacer usted mismo.
1 Solicita el certificado
Los anillos con diamantes de cierto peso en quilates, en definitiva, aquellos que no son precisamente minúsculos, van acompañados de un certificado emitido por un instituto gemológico. Consulta en Internet qué crédito se le atribuye a la empresa que emitió el certificado. En resumen, compruebe si el instituto gemológico está reconocido. En el análisis que acompaña al diamante se debe especificar la calidad de la piedra (las famosas cuatro C), comenzando por el color. Los mejores diamantes incoloros se clasifican con la letra D, pero a simple vista apenas notarás la diferencia con un diamante clasificado G. En el certificado gemológico también se especifican la transparencia, las inclusiones, el grado de cristalización. ¿Y si el diamante no es perfecto? Ésta es una razón más para pensar que es auténtico: un diamante con la clasificación más alta en todos sus aspectos es muy raro y, además, extremadamente caro. En cualquier caso, si el diamante no tiene certificado, no significa necesariamente que sea falso. Sin embargo, si cuesta mucho, vale la pena examinarlo.
2 Prueba fácil
Repetimos: solo un gemólogo o un laboratorio pueden establecer la autenticidad de una piedra. Sin embargo, algunos experimentos sencillos pueden advertirle. En cualquier caso, es más fácil examinar una piedra suelta que un diamante montado en un anillo, especialmente si es un bisel (es decir, rodeado por una banda de metal en el borde). Pero, si puede, tome el diamante, sosténgalo en la palma de su mano y sople (muy suavemente, para evitar que salga volando). Cuando el diamante se empañe, coloque la parte superior (la mesa) sobre un vaso vertical. Si se pega un poco, es más probable que el diamante sea real. Por el contrario, si cae es más probable que sea falso. Este sencillo experimento no le da ninguna certeza, pero puede ser la señal de que es mejor controlar mejor la piedra.
3 Observa lo que hay alrededor
Si tienes dinero para comprarte un bolso de Prada, Vuitton o Hèrmes, ¿andas con un vestido comprado en H&M? Posible, pero muy difícil. Del mismo modo, un diamante auténtico no se montará en una joya de mala calidad. Por ejemplo, en un anillo de oro que no sea de 18 o 14 quilates. También hay quienes proponen diamantes sobre oro de 9 quilates, pero estos son casos bastante raros. Un diamante grande en una banda de oro o plata de 9 quilates, con mano de obra imperfecta, puede levantar sospechas. Nuevamente, antes de comprar es mejor confiar en la opinión de un experto.