No falta la icónica V, la letra del alfabeto que se ha convertido en el sello distintivo de Louis Vuitton. La nueva colección de alta joyería de la marca francesa, nacida de la creatividad de la directora artística Francesca Amfitheatrof, sin embargo, tiene ambiciones más exigentes que la simple reproducción en escala de lujo del logo de la reina Maison del grupo LVMH. Como era de esperar, la colección se llama Bravery, y el coraje es su estandarte. También en esta colección el hilo conductor proviene de la historia de la marca, o mejor dicho, de su fundador, coincidiendo con el 200 aniversario de su nacimiento, el 4 de agosto de 1821.
La colección, de hecho, se divide en ocho líneas que se inspiran en otros tantos episodios de la vida de Monsieur Louis Vuitton, el hombre que creó los baúles apilables y, quizás, también el concepto de lujo. La marca LV de fama mundial ha sido un símbolo desde entonces, amado, deseado (y copiado). Por ejemplo, la primera parada de la colección es La Constellation d’Hercule, que indica la combinación estelar que presenció el nacimiento de Louis Vuitton. O el collar La Flêche está inspirado en el largo (tres años) viaje del muy joven Vuitton a París, donde habría creado las bases de su imperio. La forma de flecha termina con un gran zafiro azul. En definitiva, la colección no traiciona las expectativas ni tampoco la historia del bicentenario de la Maison parisina.