Es la época del conejo, dado que el año 2023 según el horóscopo chino este animal está ligado al zodiaco. La tradición también quiere que sea el animal más afortunado del zoológico astrológico especial del país asiático. Seguro que los coleccionistas que podrán hacerse con el nuevo reloj de Ulysse Nardin pueden tener suerte: el Classic Rabbit tiene un diseño que realza las refinadas técnicas de esmaltado, como el champlevé y el cloisonné.

El Classico Rabbit 40 mm se produce en una serie limitada de 88 piezas. En el interior se encuentra el calibre automático UN-815 equipado con una reserva de marcha de 42 horas. El fondo de la caja es de cristal de zafiro y la correa negra es de piel de aligátor, cerrada con una hebilla de oro rosa. La caja es de oro rosa 5N, pulida, resistente al agua hasta 50 metros. Sin embargo, el aspecto que llama la atención de inmediato es el acristalamiento utilizado. Ulysse Nardin es una de las pocas Maisons que pueden dominar esta delicada técnica y se destaca gracias a la experiencia del taller de Donzé Cadrans, donde la tradición de las técnicas de esmaltado se ha perpetuado en el tiempo.

El proceso consiste en aplicar una serie de técnicas de esmaltado a los relojes, entre ellos Grand Feu, Cloisonné, Champlevé y Flinqué. Todos los procesos de esmaltado, similares entre sí pero a la vez únicos, se realizan a mano y requieren una gran habilidad y precisión. La complejidad y el cuidado de los detalles de las escenas pintadas con gran verosimilitud, combinado con el efecto que el esmaltado permite dar un aspecto atrevido al conjunto, explican por qué los relojes que utilizan estas técnicas han sido muy buscados por los coleccionistas durante siglos.

La técnica champlevé consiste en grabar la esfera creando alvéolos individuales, que se rellenan con esmalte. Los colores se diferencian por una mezcla de diferentes óxidos metálicos. La esfera se cuece hasta que el esmalte se derrite, luego se alisa y pule cuando se enfría. La fase final, la más delicada, consiste en enriquecer el motivo mediante el cincelado de elementos metálicos en la superficie.

La técnica del cloisonné revive un método muy antiguo que se remonta a la Edad Media, cuando fue ampliamente utilizado bajo el Imperio Bizantino y en Occidente ya en el siglo IV. Este método consiste en crear celdas utilizando un hilo de oro muy fino para depositar el esmalte con la máxima precisión. Solo para doblar el alambre de oro, se requieren hasta 15 horas de trabajo para cada esfera.

