En Capri (isla frente a Nápoles, Italia), en 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial, el joyero Pietro Capuano, alias Chantecler, donó una campana de bronce al presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt como símbolo de paz. Capuano fue apodado por sus amigos Chantecler, el nombre de un gallo vivo protagonista de la comedia escrita por Edmond Rostand y el autor de otra famosa ópera, Cyrano di Bergerac. Por eso la joyería Capri se llama Chantecler y ha hecho de la campana, transformada en colgante, un símbolo.
Las campanas de Chantecler se proponen en muchas variaciones. Uno de los últimos es la línea Première47. En este caso, las campanas reflejan el mismo procesamiento, tipo de piedras y colores de la colección creada por Capuano en 1947 con motivo de la apertura de la primera boutique-atelier de la marca Capri. Estos colgantes están totalmente hechos a mano en Italia, de acuerdo con los métodos y técnicas de alta joyería. Las campanas se ofrecen en tres variantes: desde los tonos del azul de los zafiros y el turquesa hasta los del rojo de los corales, hasta el blanco absoluto.