Era una marca elegida por las damas milanesas amantes de las joyas sobrias pero elegantes. En su segunda vida en el grupo Kering, Pomellato ha adquirido un poco de grandeza francesa y ha ampliado su horizonte a la alta joyería. Pero para recordar sus raíces, y también porque Milán está de moda, dedicó una colección de joyas a la ciudad italiana. La idea es representar dos caras de Milán, la sobriedad y la creatividad que han realzado el mundo de la moda y el diseño, las tradiciones, pero también la arquitectura de bloques de vidrio.
La nueva colección de alta joyería se titula El dualismo de Milán y es resultado del trabajo del director creativo Vincenzo Castaldo. La colección se divide en dos partes: Tesoros Monocromáticos de Milán, con 23 piezas, y Prisma de Color Milanese con otras 28 joyas. La colección tiene muchas fuentes de inspiración: la obra de arquitectos como Giò Ponti, Piero Portaluppi, Cini Boeri, de la Galleria Vittorio Emanuele, pero también de César Pelli (que en realidad es argentino), los colores del diseño Memphis de Ettore Sottsass, pero también los del estilista Elio Fiorucci, del diseñador Bruno Munari.
Un ejemplo es el collar gargantilla Moonstones, que curiosamente se describe como inspirado en la niebla. Spoiler: en realidad la niebla ya no existe en Milán desde hace décadas, pero debemos tomar la idea como un homenaje romántico al pasado.
El pequeño planetario de Milán inspiró el collar Cielo Stellato, con zafiros grises, espinelas grises y espinelas azules. El color de la creatividad, sin embargo, emerge en joyas como el collar Baroco, con una sola «c». En este caso, las vivaces espinelas fucsias, las tanzanitas y las turmalinas verdes crean la paleta de colores. Otro collar de plastrón, Spinelli Di Fuoco, ya indica la elección de las gemas.


