Georg Arthur Jensen (1866-1935) fue un platero danés, fundador de la marca homónima. Georg Jensen es sinónimo de plata, diseño refinado, pureza nórdica. La empresa, además de joyería, produce objetos para el hogar, pero siempre caracterizados por una gran calidad y una preciosa inventiva, pero sin exagerar. Entonces, ¿qué tiene de sorprendente una empresa especializada en joyería y diseño en plata? Joyas de oro de 18 quilates, por supuesto. Y esto es lo que sucedió con la colección Moonlight Grapes, que junto a las tradicionales joyas de plata combinan collares, pendientes y anillos en oro, en algunos casos con el añadido de un diamante. En definitiva, un salto a la joyería tradicional.
El diseño de la colección, sin embargo, se mantiene en la tradición de la marca Copenhagen: como su nombre indica, se trata de racimos de esferas de diferentes tamaños, que recuerdan a las uvas. Más difícil, quizás, adivinar la referencia a la luna. En cualquier caso, se trata de joyas sencillas y elegantes a la vez, sofisticadas sin ser esnob.