Hay joyas que hacen historia. Una de ellas es la enorme esmeralda llamada Insofu, que en el idioma de Zambia, donde se extrajo, significa elefante. No es casualidad, por tanto, que con Insofu Chopard haya creado por primera vez un colgante transformable en broche con forma de elefante, rodeado de pequeños diamantes, con 50 esmeraldas de distintos cortes y tamaños. El animal, sin embargo, es sólo una de las 15 piezas obtenidas del corte de la esmeralda en bruto, que pesa 6.225 quilates, o más de 1,2 kilogramos: cinco pares de pendientes, cuatro collares, tres anillos, una pulsera y un reloj joya.
La esmeralda fue adquirida por la Maison suiza en 2022. Se necesitaron casi tres años para concebir la colección y un año para cortar una piedra tan grande (pero delicada) con la ayuda de expertos indios. El resultado es una colección de alta joyería que, como era de esperar, se ha bautizado como Insofu. La piedra inicial se transformó luego en piedras preciosas, 850 quilates de esmeraldas en total. La operación estuvo dirigida por la copresidenta y directora artística de Chopard, Caroline Scheufele.
En cada piedra hay una historia y mi papel es escuchar y honrar la magia natural que traen consigo como tesoros de la tierra. Con la Colección Insofu, se trataba de respetar esta belleza intrínseca.
Carolina Scheufele
Chopard fue una de las primeras casas en destacar la importancia de utilizar oro y piedras preciosas de origen sostenible. Y la colección Insofu da testimonio de ello con su asociación con Elephant Family, una organización benéfica de conservación de la vida silvestre fundada por Mark Shand en 2002.
