El proyecto de Swarovski, iniciado hace tres años, finalmente se ha presentado al público: una colección, llamada Jeweled Garden, para resaltar la amplia gama de piedras y la capacidad de corte de sus artesanos. Ocho anillos, cuatro pulseras y tres collares en oro de 18 quilates y piedras preciosas, desde zafiros multicolores hasta amatistas, granates, topacios, espinelas y rodolita, diseñados por Matthew Campbell Laurenza, quien estudió escultura antes de dedicarse a la joyería. Por eso, también son suyas las 15 esculturas hiperrealistas, extraídas de un jardín encantado donde la flora y la fauna son sobredimensionadas e incluso un poco extravagantes: se trata de una viuda negra realizada en plata bañada en rodio negro, con patas tachonadas de casi 3 metros de largo. de más de 30 mil espinelas negras y 375 topacios rojos (295 mil dólares), una rama lila muy elaborada de casi 4 metros de altura compuesta por más de 30 mil topacios blancos, morados y rosados (195 mil dólares). Un homenaje a Rubens, al ciclo de pinturas Los cinco sentidos de Brueghel el Viejo, y a los artistas del siglo XVII, según las intenciones del diseñador americano, que trasladó esta inspiración también a la alta joyería. ¿Un ejemplo? El anillo de oro blanco en forma de araña cuyo cuerpo es un gran y resplandeciente topacio azul, rodeado de 92 diamantes negros o el collar con una perla negra y un ramo de flores modeladas en oro rosa, zafiros y topacios azules. A la venta exclusivamente en Bergdorf Goodman en Nueva York, los precios oscilan entre 8.500 y 118 mil dólares.
