Desde conchas hasta titanio. La distancia entre los dos materiales es larga, como la que separa a Italia de Brasil. Allí, en las playas de Santa Catarina, estado ubicado al sur del gran país sudamericano, la joven Giselle Effting elaboraba pulseras con conchas recolectadas del mar. Sin embargo, a los 15 años caminó por la alfombra roja como modelo y dice que vivió en nueve países diferentes y durante mucho tiempo en Hong Kong. El ambiente de la moda, la creatividad y las joyas se han fusionado en una sola forma de vida, lo que ha dado como resultado la graduación en el Instituto Gemológico de América. Una experiencia que le permitió a Giselle trabajar como diseñadora de joyas de alta gama en Hong Kong. Luego, se mudó a Florencia, donde obtuvo su diploma en Bellas Artes en la Escuela de Joyería Contemporánea Alchimia.
Y aquí estamos hoy, con su marca, Giselle Effting, que tiene todas las características para diferenciarse de otros productos. En primer lugar, el diseñador ha optado por utilizar el titanio, por su ligereza y singularidad, además de ser un metal hipoalergénico. Pero lo que salta a la vista de inmediato es la originalidad de las joyas, que se convierten en complementos para el cuerpo y, en la elección de un estilo ligado a las tendencias más glamurosas. Las joyas a menudo tienen una forma poco convencional, sorprendente y, explica el diseñador, también sirven para enfatizar curvas inexploradas del cuerpo.








