La vida es un laberinto, la vida en pareja es una sucesión de laberintos, por no hablar de las relaciones laborales. La colección de alta joyería de Gucci, llamada Labyrinths, está inspirada en caminos sinuosos que alguna vez fueron reconstruidos en jardines donde el juego consiste en encontrar la salida correcta. Son 140 piezas únicas divididas en tres temáticas. Pero el camino interpretativo es bastante sencillo: para todos es un viaje hacia la belleza, como el de un jardín laberíntico. Además, respecto al pasado, Gucci añade una reinterpretación de la letra G que distingue a la Maison.
Una de las líneas de la colección está inspirada en el concepto de simetría y belleza ordenada. Este es también el estilo detrás de los jardines italianos, donde la naturaleza está contenida en las líneas geométricas decididas por el arquitecto verde. Gucci interpreta este concepto con joyas como el conjunto marcado por rubelita y tsavorita como si fueran elementos de un ramo floral. La pulsera está adornada con una turmalina rubelita en forma de pera de 30,57 quilates con un pabellón especial con forma de estrella, junto con otras tsavoritas y cuentas de rubelita.
La segunda línea está dedicada al concepto de esplendor geométrico, que es la base de toda alta joyería, así como la del laberinto. Los grandes collares forman parte de esta temática, también en este caso marcados por maxi piedras de colores. Como el collar con una turmalina laguna de 53,25 quilates junto a un ópalo etíope de 19,68 quilates, con granates mandarinas y otros ópalos y diamantes.
Finalmente, el tercer tema de la colección está dedicado a la naturaleza exuberante, incluida la fauna. Como ocurre con los pendientes inspirados en libélulas. También en este caso las protagonistas son las gemas de colores, como las grandes turmalinas Paraiba, esmeraldas, diamantes blancos y de colores.
