Una colección clásica con una nueva cara, la de la embajadora de la marca Buccellati, Beatrice Borromeo. La ocasión no es solo la campaña de comunicación de la marca italiana, que ahora forma parte del estable del grupo Richemont, sino también la proximidad del Día de la Madre. Pero las joyas de la Milanese Maison se caracterizan, por definición, por un estilo que no está ligado a un solo evento ni a una moda momentánea.
Como lo demuestra la colección Rombi (rombos), que conserva los elementos estilísticos que hacen inmediatamente reconocible una joya de Buccellati, comenzando por las composiciones marcadas por formas geométricas. Empezando por la del rombo, una geometría de inspiración renacentista, que se encuentra en las decoraciones y detalles de la arquitectura florentina de la época. Un trabajo que requiere precisión y paciencia: en las joyas de Buccellati el bordado alrededor de la figura geométrica del rombo se obtiene a través de un meticuloso calado realizado con herramientas de mano, con oro blanco y amarillo salpicado de diamantes talla brillante. El resultado son joyas con un sabor precioso con el encanto de la historia.