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Hay quienes crean colecciones inspiradas en las estrellas y quienes se llaman Stella (estrella). Es una suerte tener un apellido que inmediatamente recuerda algo brillante, chispeante y romántico. En definitiva, la familia Stella empezó con una marca en el bolsillo desde su nacimiento. En cualquier caso, la joyería Stella Milano inició su actividad en 1952 por iniciativa de cuatro hermanos. Y, 70 años después, sigue siendo propiedad de la familia Stella, que sigue fabricando joyas en Milán, aunque algunos componentes proceden de los dos distritos orfebres de Vicenza y Arezzo. Milán, entre otras cosas, es también la ciudad del diseño, de la industria manufacturera. Por eso no es de extrañar que las joyas de la Maison también tengan un componente tecnológico.

Se trata del sistema Extensa, que se utiliza para flexibilizar los eslabones de oro con los que se hacen las joyas y, por tanto, aumentar la comodidad. El sistema Extensa, al igual que otras patentes de este tipo, tiene como objetivo que las pulseras sean elásticas y ligeras, así como los anillos que utilizan esta tecnología, que caracteriza gran parte de la producción de la empresa. Que en muchos años ha vendido joyas a más de 30 millones de mujeres.



