La guerra desatada por Rusia en Ucrania también está trastornando al mundo de los diamantes. Tras las medidas contra Alrosa (empresa minera rusa) decididas por Estados Unidos, es el Responsible Jewellery Council el que se escinde. E Iris Van der Veken, directora ejecutiva de Rjc, una asociación con unos 1.500 miembros que establece los estándares de la cadena de suministro de diamantes, ha dimitido. De hecho, la asociación ha evitado hasta ahora suspender a Alrosa.

El único cambio que se apunta, de hecho, es la renuncia al cargo de vicepresidente del RJC del consejero delegado de Alrosa, Sergey Ivanov. Pero la empresa, controlada por el gobierno ruso, permaneció entre los socios. La falta de una suspensión ha disgustado a muchos. Empezando por Pandora, que también es la empresa de joyería más grande del mundo, que anunció su decisión de dejar la organización debido a que el RJC no suspendió a las empresas rusas (no solo a Alrosa) e instó a sus miembros a interrumpir los negocios con el país: “Pandora no puede , de buena fe, ser miembro de una asociación que no comparte nuestros valores”, dijo el director general del grupo danés, Alexander Lacik.

A las pocas horas también llegaba la comunicación del grupo Richemont (Cartier, Van Cleef & Arpels y Buccellati) en la que especificaba que no deseaban ser miembros de “una organización sectorial que incluye empresas que contribuyen a la financiación de conflictos y guerras”. Dos salidas de peso, en definitiva. ¿Seguirán otros?

