Las abejas, en Rimini, producen bijoux. En la ciudad que es el Miami italiano, en 2015 nació Bee Light, una pequeña empresa que produce bisutería y que ha vinculado su nombre al de los laboriosos insectos productores de miel. Un arduo trabajo que también se refleja en la historia de la marca, nacida por iniciativa de Antonella Toni y desarrollada por su hijo, Riccardo Zaghini. Como visual merchandiser, el fundador empezó por casualidad a interesarse por el mundo de la joyería artesanal. Tras los primeros pasos, se sumó la aportación de Riccardo, que dejó de lado su carrera de arquitectura para dedicarse al desarrollo de Bee Light, con un laboratorio montado internamente y convertido en director creativo.
La fórmula de la marca, que ofrece bisutería a muy bajo precio, con piedras y plata bañada en oro, ha tenido éxito, también gracias a la introducción de Bee Bright, una técnica basada en micro purpurina que, en forma líquida, envuelve piedras y perlas dando un mejor brillo. Pulseras, aretes y collares son el corazón de la producción de Bee Bright.