Los pequeños engranajes de Ludovica Andrina hacen joyas nuevas, pero también tradicionales ♦ ︎
Turín, la capital de Piamonte, Italia, es famosa por los automóviles y el chocolate. Pero también para la artesanía y, en particular, para el arte del noble orfebre. No es coincidencia que a pocos kilómetros se encuentre el polo de alta joyería italiana, Valenza, para el que trabaja el abuelo de Ludovica Andrina. Introducción que sirve para explicar por qué Ludovica Andrina está perfectamente a gusto en Turín, donde pudo crear la marca que tiene su nombre y una actividad capaz de ofrecer satisfacción.
A diferencia de aquellos que niegan la tradición y están inspirados en modelos de otros países, Ludovica Andrina busca inspiración en el pasado para el futuro. En resumen, sus joyas son el resultado de una evolución, no un descanso. Aunque no faltan nuevas ideas, como cuando utiliza engranajes microscópicos de relojes de pulsera para hacer anillos o pulseras: una idea divertida pero también estéticamente agradable. Y la demostración de que puede permanecer fiel a la tradición, también innovando mucho. Como en el caso de las nuevas colecciónes en plata y oro rosa, plata y piedras naturales pequeñas.