Joyería siciliana. Pero con espíritu internacional. La larga historia de Franco Padiglione Gioielli, con sede en Palermo, resume el carácter de la región italiana, que tiene una historia entrelazada con diferentes culturas: romana, árabe, normanda, española. Una mezcla que también se refleja en la estética de quienes crean. En el caso de Franco Padiglione Gioielli, por ejemplo, el legado histórico se convierte en las Cabezas de Moro, broches que forman parte de la cultura popular y recuerdan el período de dominación árabe (desde 827 hasta 1091). Pero no solo. La marca siciliana también reinterpreta el estilo Liberty, incluyendo libélulas, mariposas, pequeñas abejas y moscas en forma de pendientes y broches. Y no faltan las joyas de coral, otra especialidad de la joyería siciliana.

La Maison también tiene una larga historia, que se acerca al siglo. El negocio fue iniciado en 1925 por Giuseppe Padiglione y continuado por su hijo Francesco. Aunque el debut del taller artesanal tuvo lugar en Nápoles. Sin embargo, el laboratorio de Palermo ha estado activo desde 1958, donde Franco Padiglione hace uso de las habilidades de orfebrería que ha aprendido. Desde los años 80, la empresa está dirigida por el heredero de la tradición familiar, Franco.





