Una rica familia de exiliados cubanos, que en Estados Unidos se ha enriquecido aún más. Su padre, Carlos de la Cruz, fundó un museo de arte contemporáneo, el Espacio de Arte Contemporáneo de la Cruz en Miami. Y no es casualidad que Rosa de la Cruz, nacida en Madrid, empezara a trabajar para un gran museo de arte, el Guggenheim de Nueva York. Pero la pasión por la joyería llevó a Rosa de la Cruz a fundar una marca con sede en Londres en 2010 junto con Tierney Gifford Horne, periodista que trabajaba para Harper’s Bazaar, y como directora de moda en Elle and Mademoiselle. Aunque la pasión por el arte, un legado familiar, se ha mantenido, las joyas han flanqueado las colecciones de pintura y escultura, así como refinados juegos de platos y vasos.
Graduada de la Facultad de Derecho de la Universidad de Pensilvania y Columbia, la diseñadora también ha estudiado cursos de arte y arquitectura, ha trabajado en proyectos de diseño, incluyendo moda, ilustración y diseño de interiores. En definitiva, una creatividad sin fronteras. La marca Rosa de la Cruz London, que tiene su sede en la capital británica, no se lanza, sin embargo, a la búsqueda del diseño de vanguardia. Así lo demuestra la colección Stars formada, como su nombre indica, por estrellas muy tradicionales.