Comencemos con el nombre inusual: Piti Malì. Solo Marcella Maugeri, la fundadora de la marca, y pocos más saben exactamente cuál es el significado. Es, de hecho, el apodo con el que suelen llamarla sus familiares y amigos más cercanos. Piti es el diminutivo del adjetivo pequeño y Malì el truncamiento de la palabra Malia. Nombre que en italiano también tiene el significado de hechizo y, según cuenta la historia, a la diseñadora siempre le fascinaron las joyas que llevaban su madre y su abuela desde que era una niña. Una pasión que, cuando se hizo adulta, Marcella Maugeri transformó de un juego en una profesión.
Marcella Maugeri, después de experiencias para la española Tous y la marca americana MySaintMyHero, siguió cursos de gemología y diamantes antes de fundar Piti Malì Couture en 2016. Hoy las propuestas de la marca están presentes en más de 350 joyerías de toda Italia. Las bisuterías están realizadas en plata 925 bañada en oro amarillo, oro rosa y rodio. El diseñador también ha pensado en enriquecer cada pieza con un pequeño bolso estilizado insertado en el cierre de cada joya. «Sobre el que luego se graba la palabra que representa de qué está lleno ese bolso: Amor, Felicidad, Suerte, Sueños», explica la diseñadora.
Para la temporada FW 22-23 Piti Malì Couture propone joyas con turmalina, que colorean pendientes, collares, colgantes y pulseras. Otra novedad son los colgantes de la línea Mosaico, de diferentes formas, hechos a mano a partir de varillas millefiori de cristal de Murano engastadas.