Palmeras, flores, calor tropical, mar. Desde la ciudad colombiana de Cali, donde nació, Johanna Ortiz trajo consigo todo lo necesario para convertirse en una diseñadora famosa: su ropa se vende en todo el mundo. Johanna Ortiz estudió diseño de moda en Florida y al graduarse regresó a su Colombia natal, donde fundó su propia marca. La alegría floral, que es su impronta estilística, también se refleja en el fashion-bijoux que hace en su ciudad natal. Una parte de sus collares y aretes, compuestos de fibras de palma, latón, conchas, pero también esmeraldas naturales (Colombia es la patria de la piedra verde) son elaborados artesanalmente con fibras de palma de Iraca por la asociación de artesanos de Juanita Castilo: una artesana que emplea 204 Sandoná mujeres artesanas y ayuda a preservar el patrimonio artesanal.
Tradicionalmente, los hombres tienen la tarea de cosechar Iraca por la noche durante la luna menguante, seleccionando su color y finura. Después de limpiar y lavar, y a veces teñir, mujeres de todas las edades comienzan a tejer en talleres familiares. Los tintes se extraen de semillas, hojas, ramas, lengua de res, nuez, cedro negro y minerales para lograr una amplia paleta de colores. Con esta hermosa técnica artesanal se han realizado varias piezas que evocan la idea del mar, la arena y las vacaciones.
