La idea de Fonderie 47 impresiona un poco: colocarte un arma alrededor del cuello o la muñeca. Excepto que son fusiles y pistolas se convierten en joyas. La iniciativa algo sorprendente de transformar armas en bisutería llegó a Peter Thum, un estadounidense que se llama a sí mismo “un emprendedor humanitario y social”. Thum creó la marca Fonderie 47 con el objetivo de eliminar un problema que afecta a África: la difusión de los rifles de asalto, los clásicos Kalashnikovs.
Fonderie 47 financia la destrucción de armas vendiendo collares y anillos. Así, partes de las armas destruidas se encuentran en las joyas, como las pulseras martilladas de 70 mil dólares, los 20 mil aretes en oro, acero para ametralladoras y diamantes. La Fonderie 47 se jacta de la destrucción de más de 32 mil rifles de asalto en el zonas de conflictos africanos.
Thum ahora apunta a los Estados Unidos: para reducir el impacto de la violencia. “Esta es mi forma de luchar. Hay 300 millones de armas de fuego en los Estados Unidos. Cada año mueren más de 30 mil personas”, explica el empresario. Quien ya ha reunido un pequeño arsenal en las ciudades más populares de los Estados Unidos y los ha transformado en accesorios, firmados por diseñadores como Philip Crangi y Pamela Love. Estos collares, pulseras, anillos, muestran el número de serie del arma grabada. Y, en algunos casos, el metal de las armas se combina con oro y diamantes, como en la colección creada por James de Givenchy para Fonderie 47. En cualquier caso, afortunadamente, las joyas son inofensivas. Matilde de Bounvilles