El diamante es móvil con las joyas de la diseñadora estadounidense Renee Lewis ♦ ︎
No todos las diseñadoras son iguales. La imagen que está de moda ahora es la de un diseñador que se parece mucho a un modelo (en algunos casos también lo fue) que diseña joyas muy minimalistas o, por el contrario, con una imaginación salvaje. Muy activa en las redes sociales, este tipo de diseñadora también está en casa en las ocasiones sociales de Londres, París, Milán, Nueva York. Sin embargo, hay otro tipo de diseñadora, representada por Renee Lewis. Cabello canoso, 40 años de formación profesional, grandes pulseras y muñequeras que tocan la muñeca: Renee Lewis vive y trabaja en Nueva York. Pero no ha olvidado Lisboa, una pequeña ciudad en Ohio donde nació y donde recientemente ha restaurado un edificio de época, convertido en un restaurante y bar.
En resumen, un perfil bastante diferente de los diseñadores que aman a los bloggers ahora usados o (peor aún) a los llamados influencers.
Renee Lewis ha trabajado en Manhattan durante décadas, fabricando joyas en platino u oro de 18 quilates, con diamantes y rubíes que se reutilizan a partir de joyas vintage y antiguas. Antes de convertirse en diseñadora de joyas, pintó, esculpió e hizo muebles. La colección más famosa se llama Shake y utiliza pequeñas gemas libres que flotan dentro de una caja de cristal facetado. Ella afirma que no es un hábito: “Los diamantes recién extraídos a menudo se alteran a través del tratamiento térmico o el relleno de imperfecciones con el láser. Sus reflejos pueden parecer artificiales”, explica. Un riesgo que no se ejecuta los diamantes extraídos hace décadas.