¿Por qué obligar a la creatividad a centrarse en una sola cosa si es capaz de hacer dos? Jo Riis-Hansen, diseñadora danés, dio paso a su inventiva. El resultado son joyas de oro de 18 kilates con pequeños diamantes, de formas austeras y suaves al mismo tiempo. Pero no solo. Después de diez años de trabajo en 2016 unió la cerámica a la joyería. Una combinación quizás única en el sector de los adornos preciosos. La idea de Riis-Hansen podría resumirse en la fórmula de la joyería lenta. No le gusta la velocidad y la proposición continua e inútil de nuevos objetos, mientras que quiere potenciar los objetos que tienen una historia y una vida más larga por delante.
Después de cinco años como aprendiz de orfebre, para aprender a fondo el oficio, la diseñadora se puso a prueba como creadora. Y se trasladó a Barcelona para continuar su trayectoria profesional. Esto fue hace 20 años. De regreso a Copenhague, abrió una pequeña tienda con laboratorio y optó por llenar el espacio entre las joyas del arte y la tradición antigua, de buena calidad, pero también divertida y ligera, de moda sin ser pasajera. En resumen, una tercera vía entre la joyería fácil y la tradición.