Hay la flora brasileña en la nueva colección de Carla Amorim, la diseñadora de joyas que reconecta a las arquitecturas de Brasilia de Oscar Niemeyer y a la exuberante naturaleza del gran país de América del Sur. Hojas, plantas y flores son la fuente de inspiración de las 25 piezas de O meu Caminho, una colección que reproduce formas, colores y volúmenes de plantas como tulipanes, Monstera deliciosa (también llamada la costilla de Adán en portugués), o una planta suspendida con muchas pequeñas esferas que no por casualidad lleva el nombre de Rosario y la más conocida Heliconia entre otras. Así, la diseñadora propone un paseo por el jardín de una casa en San Paulo, en los parques de Brasilia, en las colinas de Inhotim del Estado de Minas Gerais, de donde vienen las piedras preciosas del país. Y es por eso que se camina idealmente entre oro, diamantes, zafiros, esmeraldas, turmalinas Paraiba piscina azul y tsavoritas. Matilde de Bounvilles