Del luge olímpico a las joyas: no es un currículo que a menudo se encuentra el de Erica Molinari. Aunque el nombre es italiano, Erica es estadounidense: fue miembro del Equipo Olímpico de Luge durante 18 años y participó en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988 y 1992. Pero, dejando los descensos de hielo, decidió emprender otra competencia, esta vez entre diseñadores de joyas.
Quizás inspirada en sus orígenes italianos, ha elegido un estilo que se refiere a la antigüedad, la Edad Media, los caballeros y la mesa redonda, con un toque bizantino. Sus joyas, en su mayoría encantos y colgantes, están hechas de oro de 18 quilates y plata oxidada, a veces con la adición de diamantes, y llevan símbolos o escritos. Por ejemplo, la cruz de Malta, o la mano, corazones. La apariencia es la de las joyas que se encuentran en el tronco de un antepasado. Sin embargo, con esta elección contracorriente, opuesta al minimalismo moderno, Erica Molinari despertó la curiosidad y logró un buen éxito. Después de todo, los siglos pasados siempre tienen su encanto.