Hay un juego antiguo, muy extendido en el mundo anglosajón, llamado Buzzwire. Consiste en guiar un círculo metálico controlado eléctricamente a lo largo de un cable que tiene un recorrido irregular. Fue este juego, junto con el parque de atracciones, con las impresionantes atracciones, lo que inspiró la nueva colección Livewire de Jessica McCormack. Y el nombre, que en inglés también indica cables eléctricos vivos, es también un juego de palabras que hace referencia a la expresión inglesa Beat The Buzzer, que indica una victoria conseguida en el último momento disponible, por ejemplo cuando en el juego de baloncesto un jugador hace un punto decisivo justo antes de que termine el juego.
En definitiva, una colección lúdica, pero el resultado son joyas que no bromean: oro amarillo y negro, diamantes grandes, anillos con bordes suavizados para un engaste de contorno invisible, dejando un lado del diamante sin metal. En consecuencia, los precios son proporcionales: de 20.000 a 45.000 libras, con la excepción de un par de pendientes sin piedras, que se detiene en 4.800. Livewire, en definitiva, no es un juego para todo el mundo, pero aquellos que se lo puedan permitir se divertirán.