Hace tiempo que la impresión 3D ha convencido a algunos diseñadores de joyas: este es el caso de Maison 203, una marca veneciana de accesorios (también tiene una boutique en Venecia), incluyendo bijoux. En cambio, la sede se encuentra en las colinas de Prosecco di Valdobbiadene (Treviso). La marca Maison 203 nació en 2011 del encuentro entre Orlando Fernández Flores, de origen venezolano y con una experiencia de diseño a sus espaldas, y Lucía De Conti, diseñadora gráfica cosmopolita y gran amante de la moda. Si la impresión 3D no implica (por ahora) el uso de materiales preciosos, lo compensa con el ingenio del diseño: en este caso, un mecanismo simple pero inesperado revela una inteligencia oculta, que combina geometría y movimiento.
Las bisuterías propuestas suelen tener formas voluminosas y decorativas, pero con un estilo minimalista. Gracias a la realización mediante impresión 3D, son extremadamente ligeros y flexibles, descritos como capaces de interactuar armoniosamente con el cuerpo. Incluso si las bisuterías están hechas con impresión 3D, la mano de obra sigue siendo artesanal: incluye el arenado manual de cada pieza, posteriormente coloreadas y pintadas a mano, y luego terminadas y ensambladas, siempre a mano.