Perlas que esconden rubíes o esmeraldas: las joyas de Little H son realmente diferentes de las demás ♦ ︎
El culto a las perlas se originó en Japón, pero no todos los japoneses consideran las perlas como un símbolo intocable de la perfección de la naturaleza. Las perlas se pueden usar, trabajar, abrir, excavar, modificar: y eso es lo que hace Hisano Shepherd. Nacida en Japón, pero creciendo entre Tokio y Los Ángeles, donde reside hoy en día, la diseñadora comenzó a diseñar joyas cuando era niña. “Mi abuela me llevó al teatro Takarazuka, un grupo teatral femenino y lució sus joyas más preciadas. En particular, recuerdo su anillo de compromiso esmeralda y anillos de cóctel con ópalos”, dice Hisano Shepherd.
Su contacto con las joyas comenzó con el estudio de las técnicas de orfebrería durante la escuela secundaria y luego con especializaciones entre Los Ángeles y Nueva York. Luego comenzó a practicar en un taller de reparación y pulido para un productor de joyería de moda, hasta que centró su trayectoria creativa y fundó su Maison, Little H. Hoy trabaja principalmente con perlas, redondas o barrocas. Pero de una manera absolutamente original: el fruto esférico de las ostras se elabora para albergar rubíes, zafiros y esmeraldas. Son perlas de mar o perlas de agua dulce, perfectamente redondas o con volumen irregular, blanco o de color. Y tal vez dividir a la mitad. Una colección, por ejemplo, se llama Pearl Geode, para la cual también ha presentado una solicitud de patente.