Después de la joyería Labriola, en 2017 Mario Labriola, apoyado por la empresaria Cinzia Pastore, fundó Labriò, una empresa de joyería que opera desde el Centro de Orfebrería Il Tarì en Marcianise (Caserta, Italia). La marca no descuida la herencia estilística de la familia, al contrario, la fortalece. Las joyas tienen formas regulares y están hechas de oro o plata de 18 quilates, con dos líneas de productos separadas. Además, los anillos, collares y pendientes a menudo se enriquecen con la adición de piedras naturales, como zafiro y amatista, o nácar, pero también en algunos casos con la posibilidad de elegir una variante sintética.
Las joyas son hechas a mano, precisa la empresa, incluso con el uso del buril, sin tecnologías computarizadas. “Fascinado por el antiguo arte orfebre napolitano y consciente de las creaciones familiares, en particular de las peinetas de carey, Mario Labriola vierte esta herencia de estilo en sus creaciones”, es el autorretrato del diseñador. Los precios son bastante bajos.