La isla de Capri y Chantecler han estado unidas desde el nacimiento de la Maison joyera, famosa por sus campanas. El paisaje y la atmósfera de Capri son a menudo motivo de inspiración para Chantecler, que ahora ofrece una colección cápsula en colaboración con el artista Roberto di Alicudi, definida como un proyecto que celebra el encuentro de dos mundos similares, unidos por un profundo amor por la imaginación, la belleza y la maravilla. Alicudi es también el nombre de una isla del archipiélago de las Eolias.

El artista ha transformado la pintura al óleo sobre vidrio de los Pincisanti (iconos sagrados) sicilianos en un lenguaje poético contemporáneo. Esta técnica milenaria, nacida en la época romana y posteriormente en la Edad Media bizantina, se basa en un vidrio pintado al revés, comenzando por los detalles del primer plano y continuando por los fondos. Un proceso que obliga al artista a pensar al revés, creando los detalles antes que las superficies, para dar vida a imágenes suaves y brillantes de una profundidad excepcional. En el caso de las joyas, la creatividad requirió un gran esfuerzo técnico. El resultado son los pendientes Alicudi, de titanio y oro rosa, que encierran la imagen de una sirena con una estrella en dos cristales redondos pintados a mano. Los detalles de la pintura se realzan gracias a la transparencia del cristal, que le aporta luminosidad, y al marco barroco de titanio y oro rosa, que combina ligereza e intensidad.

El broche Alicudi está hecho de un cristal ovalado que representa un lagarto azul, un animal legendario de los Farallones frente a Capri. La joya, de titanio y oro rosa, se funde con los tonos del metal. La parte posterior del broche revela un patrón que crea una perfecta continuidad entre la obra y su marco.
