Las piezas únicas de Corrado Giuspino crean en una joya de la naturaleza, Costa Esmeralda ♦
Se dice que la Costa Esmeralda, en Cerdeña, es una joya de la naturaleza. No es casualidad frecuentado por celebridades y aquellos que pueden pagarlo. Pero cuando llega el invierno y los días se hacen más cortos, las joyas reales de la zona son las de Corrado Giuspino. Después de años de trabajar como diseñador de interiores para grandes nombres de la moda (que también asistió a la Academia de Moda y vestuario en Roma), se optó por convertirse en un joyero casi por accidente. Él comenzó a diseñar una joya, ha expuesto sus primeros trabajos en Milán, ha sido señalado por los expertos y aficionados, ha recibido las felicitaciones de Cartier. En ese momento ya había decidido volver a su tierra natal, tan hermosa y tan lejos de lo mundano, excepto los meses de julio y agosto.
Su tesis en la Academia acerca de Tamara de Lempicka, los años veinte, ha sido una fuente de inspiración para sus piezas únicas. Different no sólo en la forma, con el clásico de pesos y contrapesos soluciones, volúmenes y superficies, sino también por la elección de los materiales. No los habituales de oro, los diamantes y las tres piedras preciosas, sino también las perlas, jade, laca, ónix. Increíblemente, su capacidad ha hecho ganar un lugar destacado también en el ámbito internacional. Hoy en día sus colecciones se puede ver en su sala de exposición, con cita previa. Y lo que también tienen la oportunidad de ver dos joyas a la vez: la Costa Esmeralda y las piezas únicas de Corrado Giuspino.